NUESTRO PASTOR
ANTONIO CORDERO
Pastor Principal
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La paz de Nuestro Señor Jesucristo sea en vuestros corazones. Para mí es de sumo gozo poder compartir un poco de mi historia. Doy gracias a Dios por la maravillosa oportunidad de servirle, por el grande privilegio de poder compartir con todos ustedes de lo grande y maravilloso que es Nuestro Señor Jesucristo.
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Mi nombre es Antonio Cordero, nacido en Vega Baja, Puerto Rico, y retirado de las fuerzas armadas luego de servir por 24 años como Policía Militar. Dios me dio la oportunidad de viajar junto a mi familia a diferentes estados de los E.U., donde tuve el privilegio de trabajar en diferentes concilios evangélicos, y asumir posiciones de liderato en diferentes ministerios como: ministerio de adoración, Líder de Jóvenes, Líder de niños. En este caminar de más de 30 años, tuve el privilegio de ser instruido por diferentes ministros de Dios, en la sana doctrina. También pude aprender lecciones valiosas de grandes pastores que me ayudaron a formal mi carácter y desarrollarme como líder.
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Mis planes eran siempre que después que me retirara, volver a mi patria y pasar el resto de mi vida en mi país natal Puerto Rico. Mi esposa Bruni sentía de parte del Espíritu Santo de que no debíamos movernos fuera de la voluntad de Dios. Yo hice caso omiso a lo que ella me dijo, y procedí a hacer un pedido al Departamento de Defensa que me permitiera retirarme mis ultimo 3 años de servicio en P.R. El pedido fue aprobado y procedí a comprar una casa en un lugar exclusivo de nuestro país. Los resultados de mi desobediencia comenzaron a tener sus efectos, y consecuentemente afectaron mi vida y la de mi familia.
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En mi trabajo se levantó una persecución sobre mi vida, levantaron falso testimonio sobre mi persona, y trataron de destruir mi carrera militar. Esto me llevo a una crisis emocional donde termine hospitalizado por meses en un centro psiquiátrico. Debido a que en el lugar de trabajo había un ambiente toxico el cual me causo una depresión severa; la psiquiatra hace la recomendación de que me movieran de P.R., y de esta manera es que Dios me planta en el estado de Arizona. Yo me moví solo para Arizona, y dejé a mi familia en P.R. Los efectos de los medicamentos estaban afectando mi mente, y la depresión me llevo a querer divorciarme de mi esposa. Yo le comunique a ella mis intenciones, y esto fue una gran sorpresa para ella, y toda esta situación le causo mucho dolor. Pero ella en todo momento me decía que Dios nos había unido, y que él había decretado promesas sobre nuestras vidas. Ella comenzó a orar e interceder por su familia, y comenzó a creerle a Dios y a sus promesas. Yo proseguí en mi terquedad y busqué un abogado para iniciar los trámites de divorcio.
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Del fruto de nuestro amor nacieron mi primer hijo Marc Antony, y mi hija Sara Iris. Ellos también sufrieron mucho en este proceso, y también lucharon para que la familia no fuera destruida por el diablo. Ya estaba a semanas del tribunal entregar la petición de divorcio, tuve una conversación telefónica con mi hija Sara donde ella fue usada bajo la unción del Espíritu Santo, y Dios la uso para que ministrara a mi alma, y mi espíritu. En este diálogo Dios me hizo entrar en razón, deje los medicamentos, deje de ver al psiquiatra, y Dios restauró mi vida y la de mi familia. En el año 2016, mediante diferentes profetas me hace el llamado pastoral en mi vida.
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Dios me reveló que el nombre de la iglesia seriá llamada Casa del Alfarero, porque en este lugar van a entrar individuos y familias que están heridas, y necesitan ser restauradas y pasar por las manos del Alfarero. Una Iglesia donde se va a predicar la palabra de Dios, donde se le devolverá el respeto a Dios, y donde le daremos libertad al Espíritu Santo para que ministre a las vidas.
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Si no conoces a Dios o estás apartado y Dios te ha movido a este estado, y no sabes cuál es tu propósito, te invitamos a nuestra Iglesia, donde experimentaras como Dios transformará tu vida, y la de tu familia.